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Motivos para reformar una casa: revalorizar mi vivienda

Publicado el 3 agosto, 2023
| Blog

Si quieres revalorizar el precio de tu inmueble para ponerlo en el mercado, ya sea para compraventa o alquiler, una reforma puede ser justo lo que necesitas. Reformar una casa, parcial o integralmente, puede aumentar considerablemente el precio. Así, podrás pedir más al comprador o a un futuro inquilino.

¿Cómo reformar una casa para aumentar su valor?

Reformar una casa y que ésta aumente su valor, no sólo depende del tipo de reforma que se haga, sino también de la ubicación del inmueble y de las obras que se lleven a cabo. En España, el gasto promedio anual por reformas del hogar parte de los 700 euros y el porcentaje de revalorización oscila entre el 10 y el 15%. Te sorprenderá saber que el porcentaje varía entre provincias.

Si tomamos como ejemplo una vivienda con un valor de 150.000 euros y se invierte en ella 40.000 euros en reformas, puede colocarse en el mercado por unos 230.000 euros, aproximadamente. Y es que al reformar una casa se invierte un precio por metro cuadrado y es el que se sitúa entre 650-700 euros.

Para reformar una casa no necesitas hacer una gran inversión

¿Por qué reformar una casa? La gran mayoría de los compradores e incluso, de los que buscan celebrar contratos de alquiler, quieren una vivienda que luzca como nueva. En consecuencia, la vivienda saldrá mucho más rápido a la venta o para el alquiler. Invertir 40.000 euros para reformar una casa no es una suma cerrada, pues se trata de obras en general. Pero no es necesario destinar tanto presupuesto para darle un lavado de cara a tu hogar. Si, por ejemplo, quieres arreglar los desperfectos en paredes, suelos y ventanas, unos 3.000 euros pueden ser suficientes.

Por otra parte, si quieres colocar tu casa en el mercado inmobiliario, en un plazo de tres años, puedes ir haciendo las reformas poco a poco.

Reformar una casa: cocina y baño primero

Para los que quiere reformar una casa y cuentan con un presupuesto limitado, lo primero a tener en cuenta son el baño y la cocina. Estos son dos de los puntos en los que más se fijan los compradores e inquilinos. La reforma de un baño parte de los 3.000 euros, mientras que las obras en una cocina pueden ascender a 5.000. Eso sí, el importe depende del tipo de obra que vayas a realizar y las necesidades de ambas estancias.

Probablemente no necesites poner un baño completamente nuevo, sino cambiar algunos aspectos generales. El baño, sin embargo, suele ser una parte de la vivienda que más reformas necesita, especialmente si se trata de construcciones antiguas. ¿Sabías que basta con pintar los azulejos? Darles un retoque a estos puede costar entre 280 y 450 euros. Y si te planteas sustituir la bañera por ducha y mampara, esto tiene un precio de cerca de 1.000 euros.

En lo que a las cocinas respecta, una de las tendencias actuales es la de la cocina abierta. Para ello, es necesario tirar algunos muros, una obra que no es tan costosa. Mientras una reforma integral (cambiando electrodomésticos) puede rondar los 12.000 euros, te sorprenderá saber que puedes limitar el presupuesto cambiando solo los armarios, los grifos y el fregadero.

Suelos y ventanas

Otra forma de revalorizar la propiedad es reformando los suelos y ventanas. Estos elementos tampoco necesitan una gran inversión. Cuando se trata del suelo, puedes invertir una media de 500 euros para instalar suelos vinílicos. ¿Lo mejor? Su instalación se realiza en un par de días.

En lo que a las ventanas respecta, puedes lijarlas y pintarlas si son de madera. Pero también puedes cambiarlas e instalar unas de PVC, cuyo precio se sitúa en los 1.000 euros.

Reformar una casa: decoración nueva

Para reformar una casa y aumentar su valor, no es necesario hacer grandes obras. Dependiendo del estado del inmueble, puede ser suficiente con centrarse en la decoración, cambiar los muebles viejos por unos nuevos y mejorar los revestimientos. A esta técnica se le conoce como home staging y está más enfocado al diseño.

Los pasos son sencillos y basta con pintar las paredes o darles un retoque. Cambiar los muebles por unos nuevos o de segunda mano, pero que sean más modernos e incluso, hacer un cambio en la distribución de estos. Puedes también centrarte en cambiar los grifos y hasta las cortinas, las alfombras y los cojines de los sofás. El objetivo es mejorar los desperfectos de la vivienda y hacerla más atractiva, visualmente, para los compradores o inquilinos.

Domótica y eficiencia energética

Más allá de la apariencia de la vivienda, dos de las cosas que atraen a los posibles inquilinos y compradores es la tecnología. Aquí es cuando se tiene en cuenta a la domótica. Consiste en hacer una vivienda tecnológica. Por ejemplo, la instalación de termostatos, alarmas, luces y electrodomésticos que puedan controlarse desde el móvil o tablet es una apuesta asegurada.

Por otra parte, puedes invertir en la instalación de placas solares o geotermia. Se trata de alternativas energéticas que permiten, a la larga, que el hogar sea independiente de la red eléctrica. Aunque la inversión es elevada, puede revalorizar considerablemente el precio de la vivienda. Básicamente, el futuro inquilino o comprador no necesitaría pagar facturas de la luz, pues el hogar generaría la energía que necesita para funcionar.

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